PORQUE CON AMOR HACEMOS…
SOBRE LA JORNADA DEL 9 DE JUNIO DE 2014
PLAN NACIONAL DE FORMACIÓN PERMANENTE -
Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba
GRUPO 35- TUTORA: SOLEDAD GALVÁN


“Si me equivoco contradíganme con amor,
porque con amor digo.
Si erro pónganme maestros, que luego yo les enseño,
porque con amor hago.”
Vicente Luy

Llegó junio, y después de la tercera jornada del PNFP, decidimos cambiar el lugar de encuentro: nos reunimos en el Inst. Privado “Dalmacio Vélez Sársfield”, de Justiniano Posse, respondiendo, en parte, a alguna demanda de los primeros encuentros, que hacía referencia a los gastos de viáticos y las distancias. Pero el cambio no sólo obedeció a este pedido, sino también a una manera democrática de conocernos, conocer las escuelas que componen nuestro grupo, recibir a los colegas, cambiar el paisaje de los debates.

Pero retrocedamos en el tiempo: hace casi un mes, la reunión obedecía a recuperar lo trabajado en las jornadas de febrero, conocer las prioridades pedagógicas contempladas desde la Subsecretaría de Estado de Igualdad y Calidad Educativa. En ese momento, decidí que el eje más adecuado para que el grupo desarrollase esta jornada de junio, fuese “Confianza en las posibilidades de aprendizaje de los jóvenes”, ya que ciertos signos que visibilicé en los registros y en los aportes que se daban en los encuentros presenciales daban cuenta de una mirada particular sobre nuestros jóvenes. La jornada de mayo en la que nos reunimos fue muy productiva en este sentido: logramos, de alguna manera “roer el hueso” de la cuestión. Se trabajó alrededor de las ideas en torno a la autoridad pedagógica, a la construcción del vínculo con nuestros jóvenes y se hicieron lecturas de los PEI de cada escuela, de manera colectiva.
Esta jornada posibilitó repensar al joven que aloja nuestras escuelas, resignificar sus horizontes y posibilidades, repensar nuestro rol como adultos y reflexionar sobre el acceso al saber, y sobre todo, pensar cuáles son los saberes necesarios para los estudiantes, teniendo en cuenta la realidad de cada institución. Surgieron las tensiones entre preparar para el trabajo, para estudios posteriores o para convertirse en sujetos de derechos. Uno de los espacios que se pensaron como ejes de esta discusión fue, entre otros, Formación para la Vida y el Trabajo, sobre todo en casos puntuales que se relataron, ya que los jóvenes que provienen de sectores populares, y que a veces desempeñan oficios como el cartoneo o bien son hijos de peones rurales “golondrinas” desempeñan tareas en esos contextos, viven en una realidad a veces alejada de la de los adultos e incluso de los habitantes de la misma comunidad. En estos intercambios surgió esta tensión entre adquirir ciertos hábitos necesarios para una vida laboral (con ciertos parámetros heredados de una escuela tradicional), o preparar a un ciudadano pleno, crítico, sujeto de derechos, respetando y revalorizando su singularidad. También apareció la tensión entre una escuela que contemplara la diversidad o aquella que aún hoy homogeneiza.
Logramos desnaturalizar ciertas miradas y construir colectivamente, y la lectura y análisis de los PEI posibilitó y enriqueció las miradas para la jornada del 9 de junio. Las lecturas previas que les sugerí a los directores posibilitó una jornada intensa, enriquecedora y constructiva, y que pudiese proyectarse con sus docentes en la jornada institucional.
Pero volvamos a esta mañana fría, lluviosa y gris. Nos adentremos en la biblioteca del Instituto “Dalmacio Vélez Sársfield”. Comenzamos con un refrigerio calentito y abro el juego para que mis directores narren lo que traen de sus jornadas del 9 de junio. Recupero frases, gestos, ganas de compartir:
“En mi escuela hubo muchísima predisposición. Trabajamos sobre lo que los jóvenes nos pueden enseñar, vimos un documental sobre una experiencia en una escuela española ´La escuela expandida´, en donde se pone en marcha un proyecto en donde los jóvenes comparten sus saberes con los adultos. A los profes les gustó muchísimo, y replicamos la idea entre nosotros, en la Sala de Profes pegamos pos-its con lo que cada uno sabe y quiere compartir. Vamos a ver cómo sale entre los profes y lo vamos a realizar con los chicos.” (Alicia, IPEM 290)
“Me di cuenta de la importancia de estos encuentros. No pude estar en el primero y si bien estuve en la organización de jornada de febrero, en esta me sentí más segura. Hay mucho entusiasmo y predisposición de parte de los profes, este tiempo para pensarnos es valiosísimo. Una de mis inquietudes es que esto no quede sólo en la reflexión, sostenerlo, que se traduzca en la práctica” (Silvia, Escuela Normal “J.F.Alcorta”)
“Nosotros tratamos de que los grupos se diversificaran, mediante una dinámica que agrupaba aleatoriamente. Fue buenísimo, hubo muy buena predisposición, tanto en los aportes como en la asistencia. Eso lo destacamos: nunca tenemos tanto presentismo” (Angélica y Mirtha, IPEM 140 “Domingo F. Sarmiento”)
“Siempre nos costó que los profes trabajaran con los nuevos formatos curriculares, a pesar de que hubo capacitación sobre el tema. Uno de los acuerdos de esta jornada fue que se empezara a trabajar con ellos a partir del tercer trimestre. Ya hubo un grupo de profes que se acercó con nuevas ideas y con la propuesta de trabajar nuevos formatos a a partir del trimestre próximo.” (Martha, Inst. “Pbro. Guirula”)
“En nuestra escuela cada departamento pensó una actividad basada en un eje. Nosotros decidimos abarcar todas las prioridades: cada grupo de docentes iba a enseñarnos algo en relación a esa prioridad que el resto, en el rol de alumnos, quizás desconociéramos.” (Silvana, Inst. “Dalmacio Vélez Sársfield”)
“Realizamos esta jornada en nuestro anexo y fue muy distinta y muy productiva: Muchos profes no se conocían entre sí y pudimos hablar de nuestros chicos. De hecho, a la semana, la actitud de muchos docentes cambió positivamente en el aula” (Laura, coordinadora del Anexo Mte Leña, Esc. Normal)
“Trabajamos la idea de confianza, una profe que sabe mucho de este tema nos hizo pensar acerca de qué es la confianza para nosotros. Después tuvimos una jornada de juegos en donde pensamos y nos pensamos en relación con nuestros chicos.” (Liliana, IPEM 324 “José Manuel Estrada”)
En líneas generales, lo que se valora muchísimo del Plan es un tiempo necesario para pensar la profesión, mejorar el trabajo colectivo en la escuela y transformar la práctica. Aparece en sus palabras la preocupación por el impacto de la capacitación en las aulas (“Hay profes que se resisten”/”Muchos dicen que incluir es bajar el nivel, resignar calidad”/ “No aparecieron los prejuicios y rótulos que los adultos tenemos para con los chicos”/ ”Lo que uno lee es como que te aclara las cosas, pero después, la realidad del aula es super compleja”) y cierta tensión entre inclusión y calidad que aún resta trabajarse más. Noto demasiadas expectativas y les digo que se serenen, que el cambio se dará de a poco, recupero algunas escenas relatadas en donde les hago ver que esa posibilidad se está dando. También la posibilidad de compartir saberes entre colegas, sin descuidar el rol de capacitador del directivo.
También hablamos de los signos que debemos empezar a interpretar: los silencios, las resistencias, las omisiones…¿no serán maneras de “decir” que algo nos atraviesa, que algo, en alguna medida nos está movilizando?
Recuerdo y aclaro como importante la necesidad de sistematizar los registros y de organizar nuestros tiempos. La conversión de los primeros registros en narrativas pedagógicas son un antes y un después, les sugiero que se tomen el tiempo de leerse, y visibilizarse. Les recuerdo que el portafolio dará cuenta de un proceso y que será de vital importancia para esta próxima etapa en donde se trabajará la evaluación participativa.
El intercambio sigue intenso: son muchos los aportes, las ganas de construir, de compartir cosas. Pienso: ya no hay catarsis, acá se construye. Propongo entonces la lectura en grupos de algunos cuentos de Borges, explico mi elección: “Me gusta mucho Borges, y los elegí no porque pretenda que a ustedes les guste también,sino porque estos cuentos hablan de mirarse, de los encuentros y desencuentros. Y finalmente, los elegí porque sé que la literatura no enseña nada, pero ayuda a pensar el mundo desde otro lugar” Una de las directoras hace un mohín de desagrado y me dice que Borges es tedioso. Dudo un poco…¿lograrán estos cuentos el efecto que espero?, ¿lograrán que miren sus jornadas desde otro lugar, más filosófico quizás? Reparto las copias y Asterión, los reyes y sus laberintos, los dos que se soñaron ya están en la voz de quienes leen. Se lee, se discute, se piensa con alegría, con intensidad. Tienen que poner en diálogo sus lecturas con algunas ideas que repartí de acuerdo a cada cuento: “Los jóvenes en nuestra escuela y en nuestro mundo”, “El futuro de nuestros jóvenes como horizonte y expectativa”, “Mirar, mirarnos, mirar con otros”. Y en base a esto, recuperar, evaluar, analizar la jornada que pasó. Si todo va bien, estaremos en las puertas de la evaluación participativa…¿otro laberinto?
Y la literatura surte el efecto deseado: un profe que a partir de la lectura de “La casa de Asterión” habla de la confianza, de lo mucho que desconfiamos los adultos en la palabra de los chicos. Su compañera de grupo compara a la escuela con un lugar que debiera acoger a los jóvenes y que “nosotros, los docentes y la escuela somos los redentores de ese chico que quizás esté solo, abandonado, signado por los prejuicios, como Asterión…”
Otro grupo, comparte su lectura de “Historia de los dos que soñaron”, y afirma que hay que buscar y buscarse en lo más cercano, en lo más íntimo para el trabajo con los chicos en las escuelas, dejar de buscar lejos lo que en realidad tenemos en nuestro interior.
Por último, un grupo comparte su reescritura-muy literaria- de “Los dos reyes y los dos laberintos”: una escuela como laberinto para aprender, de puertas abiertas y a la que todos los jóvenes puedan acceder.
Miro el reloj y veo que el tiempo ha sido veloz y tirano, hemos trabajado mucho y quizás, en este clima íntimo y acogedor, muchos nos quedemos con ganas de más. Les reparto a modo de souvenir “literario” un poema de Vicente Luy. Les digo que es porque estos encuentros permiten que la palabra circule, se comparta, vibre. Porque es bueno conocer poetas nuestros. Y porque este poema de algún modo, nos dice, pone en palabras lo que estamos haciendo, lo que desnaturalizamos, lo que multiplicamos, en nuestras escuelas y desde el Plan…


Llueve y alguien está diciendo "llueve".
Si me equivoco contradíganme con amor,
porque con amor digo.
Si erro pónganme maestros, que luego yo les enseño,
porque con amor hago.
O ustedes, ¿por qué creen que llueve; porque hace falta?
¿creen que llueve porque sí? ¿por qué carajo creen que llueve?
Llueve; y no solo eso;
la verdad es que hay un montón de gente diciendo "llueve".
De a uno empiezan a notarlo, y no lo pueden evitar;
simplemente dicen "llueve".
Porque llueve.
Si me equivoco contradíganme con amor,
porque con amor digo.

Vicente Luy