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19 de septiembre - Día Nacional de las Personas Sordas

El 19 de septiembre se conmemora en Argentina el Día Nacional de las Personas Sordas, una ocasión para conocer y sensibilizarnos acerca de la realidad en la que están inmersas las personas que presentan esta discapacidad y promover su verdadera integración social y cultural.
Esta fecha se definió para conmemorar la sanción, en 1885, de la Ley N° 1662 que estableció la creación del Instituto Nacional para Sordomudos. El mismo se construyó en Buenos Aires y se convirtió en la primera escuela oralista del país.
La sordera se define como la disminución de la capacidad auditiva. Esta disminución puede ser parcial (lo que se conoce como hipoacusia) o absoluta (lo que se conoce como cofosis).
Desde 1951, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), como autoridad mundial, ha declarado la necesidad de garantizar una pedagogía bilingüe para aquellas/os niñas/os que se encuentren en una situación en la que se use una lengua distinta de la oficial y su derecho a ser educadas/os en su lengua materna o familiar. En consecuencia, el proceso educativo debe incluir la adquisición de una segunda lengua que permita a la/al alumna/o su participación en comunidades lingüísticas más amplias (Zachariev, 1996).
El 9 de julio de 2023, en la Asamblea General de la Federación Mundial de Sordos realizada en Corea del Sur, se aprobaron dos decisiones importantes: la Declaración sobre los Derechos de los Niños Sordos, que busca asegurar los derechos fundamentales de los niños sordos a nivel mundial, y la adopción oficial de la Bandera representativa para la comunidad sorda global, un símbolo de identidad y hermandad para la comunidad sorda internacional, diseñado por el artista francés Arnaud Balard.


Debemos seguir trabajando para promover su inclusión social y cultural. Es necesario ofrecer una educación que asuma la diferencia como condición indispensable para iniciar cualquier proceso de aprendizaje de la lengua escrita, aspecto en el cual se centran las mayores dificultades de las personas sordas. Como expresa Oliveras (2000) el reconocimiento y la convivencia en el aula de ambas culturas: la de la/el alumna/o y la de la/el maestra/o, es decir, la presencia real de la cultura sorda y de la cultura oyente, como identidades distintas y válidas, es fundamental para promover un ambiente intercultural.

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