Secretaría de Innovación, Desarrollo Profesional y Tecnologías en Educación

La televisión muchas veces altera la idea de infancia, desdibujando la línea que la divide de la adultez. Muchos medios y programas de televisión enfrentan a las/os niñas/os, desde muy temprana edad, con informaciones adultas, desmedidas, violentas y de alto contenido sexual, lo que produce un desplazamiento de la familia y de la escuela en las decisiones en torno al consumo cultural infantil.
A partir de esta propuesta, buscamos poder problematizar en las familias qué contenidos se ven en la televisión, el tiempo que las/os niñas/os están frente de medios y tecnologías sin mediación adulta, y qué alternativas recreativas se les ofrecen. El propósito es que las familias puedan regular y acompañar el acceso a las tecnologías, de manera tal que se generen otros efectos en ese vínculo “directo” desde la oferta del mercado hacia estas/os niñas/os como consumidoras/es.

Objetivos

• Reflexionar sobre el consumo de medios y tecnologías.
• Compartir el universo simbólico al que acceden las/os niñas/os a través de los medios y las tecnologías.
• Construir un diálogo intergeneracional, donde circulen y sean valorizadas la palabra de las/os adultas/os y la de las/os niñas/os.

Actividades

• Se sugiere planificar un encuentro con las familias y las/os niñas/os donde se compartan -para visualizar- uno o más fragmentos de programas de TV, publicaciones de “youtubers” o de “Tik Tok”. Luego se verán uno o más fragmentos de programas infantiles que miraban los adultos en su infancia, utilizando los videos que estén disponibles en la web.
• Mirar programas con las/os niñas/os y poder hablar con ellos/as a partir de lo visto. Como si fuera un libro, un cuento. Usarlos como disparadores de charlas compartidas.
• Dialogar entre todas/os sobre lo que se mira, y proponer otros significados posibles. Por ejemplo, preguntarles a las/os niñas/os qué vieron y que cuenten la historia, qué pasó, cuál fue el desenlace. Pedirles que hagan un dibujo o una historieta explicándolo y luego, socializar las producciones en un espacio de uso común en la sala.

Esta actividad propone trabajar distintas situaciones escolares donde se presenten conflictos y en las que las/os niñas/os deben tomar una decisión e identificar la pertenencia o no a determinados grupos. Para ello, la/el docente confeccionará fichas en las cuales se presentan situaciones de “amistad por conveniencia”. Se divide la clase en tres o seis grupos y se le da una ficha a cada una/o para que dramaticen en el aula. Algunos ejemplos de situaciones conflictivas son los siguientes:

1. 1. Un grupo de niñas/os está jugando a saltar la soga en el recreo. José les pide jugar con ellas/os. Matías, su amigo del barrio que se encuentra en este grupo, le dice que sí y automáticamente las niñas responden: “Si entra a jugar, nos llevamos la soga y vos no jugás más con nosotras”.


2. 2. A Bautista le regalaron un video juego nuevo, entonces invitó a sus compañeros de mesa a jugar por la tarde. Ale, que nunca juega con él, se acercó a su mesa y le regaló un chupetín y le preguntó si quería jugar con él en el recreo.


3. 3. María es una niña muy popular en la escuela, todos hablan de ella. Tiene muchas amigas. Hoy se acercó a mí y me propuso que para ser su amiga debo pegarle un chicle en la cabeza a Julia ¿Qué hago? Una vez concluidas las dramatizaciones (esto puede hacerse al finalizar cada grupo o cuando lo hagan todos), se les pedirá que reflexionen para debatir acerca de la postura de cada una/o de las/os protagonistas de las situaciones planteadas. Es un buen momento para compartir vivencias similares a las dramatizadas, con el grado, que expresen cómo se sintieron y qué actitud tomaron. Para ello, podemos plantear los siguientes interrogantes: ¿Alguna vez estuvieron involucradas/os en situaciones similares? ¿Con cuál de las/os protagonistas se identifican más? ¿Por qué? ¿Sabemos decir que NO o tenemos miedo de lo que piense la/el otra/o?

La actividad promueve una instancia de reflexión grupal entre jóvenes acerca de los encuentros, las salidas, la diversión y el consumo de sustancias. De esta manera, se propone acompañar a construir nuevos modos de encuentros entre estos y generar prácticas de cuidados entre pares.
Se propone jugar al “Match de improvisaciones”.

Se designarán dos estudiantes como observadoras/es a las/os que se les dará la consigna sin que el resto del grupo escuche. Una/o deberá anotar a lo largo del juego todas las situaciones, dichos y escenas en donde aparezcan prácticas o situaciones de cuidado, ya sea de uno mismo, de cuidado entre pares, de cuidado de adulta/os a las/os jóvenes, etc. Al otro observador se le propone que anote situaciones, escenas o dichos donde aparezca el descuido, también de una/o misma/o, entre pares o desde las/os adultas/os. El resto del grupo se divide en dos o tres grupos.

El juego cuenta con un mazo que tiene 4 grupos de cartas, las cuales brindarán elementos para construir una historia actuada de un encuentro, juntada o “previa” entre adolescentes durante el fin de semana. Las cartas “Relatos” determinarán el modo en el que se actuará esa improvisación. Las cartas “Verbos” proponen diferentes de estos en infinitivo que las/os estudiantes tendrán que incorporar en las actuaciones de las historias, pudiendo usarlos en cualquier tiempo y modo. Las cartas “Sensaciones” determinarán cómo se sentirá alguna/o de las/os personajes durante la dramatización. Y las cartas “Objetos, personajes, lugares” proponen algunas/os protagonistas, como también objetos o lugares que tienen que aparecer a lo largo de la actuación.
El grupo que no está actuando, toma nota de las cartas que le tocaron al otro grupo y anota 1 punto por cada ítem que logra utilizar el grupo que actúa. Por ejemplo, si les tocan los verbos: amar-contar-comprar y logran incorporar a la escena 2 de esos verbos, se les cuentan 2 puntos. Si la escena logra tener el formato que propone la carta “Relato”, ganan 1 punto. Y así con todas las cartas.

Cada grupo tendrá 10 minutos para pensar su historia. Luego, por turnos, tendrán que pasar al frente y actuar la escena que pensaron. La duración de cada escena será como máximo de 3 minutos.

Se puede agregar una variación al juego, haciendo que, mientras transcurra cada una de las historias, algunas/os participantes del grupo tomen 2 cartas más de la categoría “Objetos, personajes y lugares”, para sumarlas a la escena. El juego termina con una o varias rondas de dramatización de cada grupo. Al finalizar, cada observador contará al resto de las/os estudiantes cuál era la consigna que tenía y qué pudo observar en las escenas.

Cierre de la actividad:

Generar un clima de diálogo que permita reflexionar sobre los encuentros que mantenemos para divertirnos, a partir de lo que surgió en las escenas y de lo que quieran compartir las/os estudiantes sobre sus experiencias.

Algunas preguntas para orientar estas reflexiones:

¿Cómo suelen ser estos encuentros? ¿Cómo se sienten cuando participan? ¿Qué se suele consumir? ¿Para qué se consume? ¿Hay encuentros donde no se consuman sustancias? ¿Qué otros objetos aparecen? ¿Se divierten en esos encuentros? ¿Cómo se divierten? ¿Quiénes no se divierten? ¿Qué hacen si la pasan mal? ¿Hay situaciones que no sepan cómo resolver? ¿Qué hacen cuando no saben cómo resolver una situación? ¿Cuentan con adultas/os para resolver estas situaciones? ¿Hay adultas/os en los encuentros? ¿En qué les parecería importante que las/os adultas/os acompañen, expliquen y cuiden? ¿Cuentan con adultas/os con quienes hablar sobre los cuidados en este tipo de encuentros? ¿Les parecería importante contar con adultas/os con quienes hablar sobre los consumos y los modos de cuidarse?